miércoles, 29 de octubre de 2008
Parecidos y diferentes: Bloggers y Floggers: Esa mínima diferencia entre ambas "tribus" internautas
Tener un flog o tener un blog en Internet podría ser practicamente lo mismo si se interpretan los parámetros que se usan para valorarlos. Las nominaciones para blogs argentinos a premios internacionales, ¿difieren de las ofertas comerciales que reciben los floggers adolescentes por su incipiente popularidad?
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Hoy en día cualquiera tiene un blog, o mejor dicho, cualquiera con acceso a una computadora conectada a Internet puede tenerlo. Si se quiere publicar una opinión propia sobre lo que sea (cocina, política, economía, cultura, moda, etcétera a la enésima potencia), con llegada a todo el mundo y gozando de una completagratuidad, basta con conseguir una cuenta en Wordpress, Blogger o cualquier otro de estos sitios y listo: automaticamente se ingresa en la lista de potenciales líderes de opinión que circulan por internet esperando ser descubiertos.
Y de estos hay muchos. Y en base a eso hay premios, hay eventos mundiales, hay comunidades cerradas, comunidades vanas, usuarios independientes, elitistas, intelectuales, intelectualoides y otra vez esa enésima potencia para el etcétera.
El uso de este tipo de sitios se extendió a lo largo y ancho del planeta. Millones de personas buscan encontrar su propia voz, negada en los grandes medios, a través de la maravillosa Internet y, sin dudas, algunos han logrado trascender, vía boca en boca (mail a mail o link a link) o con cierta ayuda de los medios masivos.
Sin embargo, la trascendencia de este tipo de espacios personales se resume a una sola cosa: popularidad, el rating de internet regulado que mide Google.
Cuanto más visitado es un sitio, más probabilidades tiene de aparecer primero en el omnipresente buscador Google (creador del sistema de búsqueda en base a los sitios más visitados). Cuantas más posibilidades se tienen en Google, más posibilidades se tienen en el mundo de Internet de que la gente se entere de nuestra propia voz. Cuantas más posibilidades se tienen en el mundo de Internet de que la gente se entere de nuestra propia voz, más posibilidades se tienen de aparecer primero en Google, y así ad infinitum en un círculo vicioso que no siempre genera que la voz más escuchada sea la más atinada.
Este sistema ha generado molestias en muchos intelectuales y escritores, que ven a la expansión de nuevas voces como una suerte de suciedad en el terreno que manejan. Tildados de elitistas (y probablemente lo sean), estos intelectuales ponen el grito en el cielo ante las diferentes opciones y/o aberraciones que pueden encontrarse en la red: gente que escribe mal a propósito, con ínfulas de Julio Cortázar; pensamientos vanos de pretensiones filosóficas (como está expresamente permitido considerar a este texto); análisis erróneos por el simple hecho de la falta de información; noticias falsas repetidas por deporte y sin responsabilidad y otra vez, por última vez, etcétera.
Y en cierta forma estos intelectuales tienen razón: el sistema de popularidad sólo es parámetro de la cantidad de personas que se dignaron a apretar un simple botón en el mouse ante la presencia de un link presentado. Y apretar ese botón no siempre es producto de una elección... tanta oferta puede hacer que los usuarios se pierdan en el mundo virtual más facil de lo que se piensa. No tiene que ver con la cantidad de gente que prefirió leer cierto blog sino con la cantidad de gente que por diferentes razones accedió a él y ese acceso no tiene que ver exclusivamente con la idoneidad o calidad del sitio.
Sin embargo, no es cuestión de quitarle importancia a los nuevos opinadores e incipientes escritores de Internet: muchos blogs han ganado notoriedad por sus méritos, generalmente con textos de origen testimonial, que es para lo que realmente sirve un blog, con el propio pensamiento de un usuario volcado sobre el teclado sin intermediarios entre el que escribe y el que lee.
Aunque generalmente los méritos no son el caso. La simple publicación de alguno de estos sitios en un medio masivo de comunicación dispara su cantidad de visitas de manera exponencial, facilitando el círculo de popularidad propuesto por Google.
Y si se pide un ejemplo, la más famosa flogger argentina, Cumbio, es el paradigma. Su novedad en Internet consiste en que la gente pase por su sitio para ver una y otra vez sus fotos más o menos producidas sin ningún tipo de propuesta... pero es Cumbio.
O sea, no hay explicación, no hay razones, si en algún momento esta joven propuso algo novedoso como reunir a los floggers porteños en el Shopping Abasto, ese simple hecho fue masificado a través de los medios de comunicación y no a través de su poder de convocatoria. Pero "es Cumbio" y el incomprensible torbellino de fama simplemente la eleva a nivel de semidiosa de internet hasta que decida arrojarla lo más lejos posible y la degrade a estrella caída.
Tampoco es cuestión de cargar las tintas sobre una simple adolescente cuyo peor pecado fue querer divertirse con sus amigos y conocer gente por Internet, pero no por eso deja de ser paradigmático su ejemplo.
En el caso de los blogs el ejemplo es similar, aunque con usuarios de un perfil un tanto diferente (y seguramente menos numeroso), asiduos a la lectura y a la escritura y con un rango de edad que abarca ya no tanto a los adolescentes sino a los adultos, el narcisismo se repite sólo que sin fotos... una "masturbación intelectual", como se dice.
Así, el ejemplo: una nota publicada esta mañana en diferentes medios mencionó cinco blogs argentinos que están nominados entre cientos de todo el mundo, a recibir un premio otorgado por una cadena de televisión alemana.
A excepción del blog de tecnología, que presenta noticias del sector, los otros cuatro nominados presentan opiniones personales y visiones del mundo (que es el objetivo, al fin y al cabo, de tener un blog), con las que se puede coincidir o no, pueden resultar graciosas o desagradables pero, aparentemente, son lo suficientemente populares y basadas en el culto a la personalidad como para que una cadena de televisión esté interesada en ellas como las marcas de zapatillas están interesadas por Cumbio.
Obviamente, los casos de los blogs de denuncia, meramente testimoniales, representan un grupo diferente que no entra entre estas clasificaciones porque su función supera las visiones subjetivas en pos de valores que tienden a mejorar la sociedad en lugar de buscar beneficios personales.
Pero por los otros, si se toma en cuenta la aparición reciente de ambos grupos en la sociedad argentina, la diferencia entre un flogger y un blogger (con las obligadas excepciones que se dan en toda regla) se vuelve casi nula: ambos grupos están sostenidos por su popularidad en los buscadores, se caracterizan por su narcisismo que se basa en mostrar aspectos personales de manera gráfica o escrita y, si logran cierta notoriedad, acceden a los medios masivos potenciándose... y nada más.
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