viernes, 9 de mayo de 2008

LA DIFICIL TAREA DE SER ARGENTINO

Jorge Héctor Santos - (SIDD) Síntesis Informativa Diario Digital. Noviembre 2007.
"Esta Carta de Noticias fue editada por Roberto J. Jakobsen.”

¿Te das cuenta qué difícil es ser argentino?
Quién puede dudar que la Argentina tenga una vasta superficie y que goce de todos los privilegios que pocas naciones del mundo tienen.
Climas de los más diversos, campos propicios para la ganadería y la agricultura, vastas extensiones marítimas para la pesca de múltiples especies, petróleo, etc.
Pero nacer en este país, criarse y permanecer en él no depara tantas satisfacciones como las que debería dar un país con tantas virtudes naturales propias de pocos países en la tierra.
¿Por qué semejante distancia entre lo que debería ser y lo que es?
Sinceramente, sería un poco atrevido dar explicaciones únicas sobre un tema tan complejo. Lo que sí es cierto, es que ser argentino no es una tarea menor, sobre todo cuando uno puede llegar a compararse con ciudadanos de otros países del mundo.
Observemos que cantidad de temas, no menores, tenemos que afrontar, en una lista que es más enunciativa que taxativa, porque cualquiera de nosotros podría agregarle una infinidad de ítems más.
1.- En la Argentina todo lo que se debería ser, de acuerdo a lo que establecen leyes y decretos, es de otra forma.
2.- En la Argentina ser joven es un beneficio parcial, porque si bien son los más requeridos a la hora de ser tenidos en cuenta para un trabajo, la mayoría de ellos se encuentran a la deriva, ganando muy poco.
3.-En la Argentina ser grande (de edad), es un verdadero problema; porque a los que superan los 30 años se les hace difícil conseguir trabajo porque son considerados “viejos” y , los que están en edad de jubilarse saben que con el haber jubilatorio no llegan a poder afrontar los gastos más elementales para sobrevivir.
4.- En la Argentina los niños tropiezan, en su gran mayoría con un país que ha sido brutalmente castigado en su educación pública; con lo cual la formación dista mucho de aquella que lo puede preparar para afrontar los desafíos verdaderos de un mundo que ha cambiado mucho, en muy poco tiempo y, lo seguirá haciendo.
5.- En la Argentina los valores sobre los que reposa cualquier sociedad para su normal funcionamiento han sido hecho añicos. Los valores están tan destruidos que ya la palabra valores, de por sí, parece sonar antigua.
6.- En la Argentina el sentido común se ha evaporado. Entender que es el sentido común, para muchos, es un trabajo de tal magnitud que prefieren evitarlo.
7.- En la Argentina hablar de familia ha devenido en algo antiguo por más que muchos jóvenes adultos, por razones fundamentalmente económicas, deban seguir conviviendo con sus padres.
8.- En la Argentina la droga se ha insertado en todos los estratos sociales y, aunque mucho de esto no se publique, la realidad supera a la información que posee la mayoría.
9.- En la Argentina la inseguridad se ha convertido en algo más de aquello con que nos hemos acostumbrando a convivir, como si eso fuera lo normal.
10.- En la Argentina la muerte, por cualquier motivo, a temprana edad ha dejado de conmover.
11.- En la Argentina un mendigo en la calle forma parte habitual del paisaje ciudadano, como lo son los árboles, el kiosco, o la parada de colectivos.
12.- En la Argentina los cartoneros han pasado a ser algo así como los basureros extra oficiales o truchos. Con lo cual han dejado de llamarnos la atención rápidamente, porque en nuestro país, cada actividad legal encuentra una trucha con la que competir.
13.- En la Argentina hemos perdido nuestra capacidad de asombro ante hechos que no suceden en ninguna parte del mundo y aquí, por el contrario, los tomamos como parte de nuestro ingenio y de nuestra imaginación.
14. En la Argentina nos hemos acostumbrado a que nos digan o a que digamos que en nuestro país no hay justicia.
15.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que sepamos y comentemos, como si eso fuera lo normal, que el Ejecutivo tiene una injerencia enorme sobre el poder Legislativo y sobre el Judicial.
16.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que si algo no funciona, cosa que sucede todos los días, nos conformemos diciendo…Y, bueno qué querés, estamos en la Argentina.
17.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que cualquier trámite ante un organismo estatal tenga una cola de ciudadanos sin acomodo y otra de ciudadanos acomodados.
18.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a no ser solidarios, cuando eso esa uno de los valores sociales más destacados.
19.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que el Estado haya puesto muchas veces la mano en nuestros bolsillos en forma directa o indirecta y la siga poniendo.
20.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que las elecciones las ganen aquellos que manejan la caja del gobierno de turno porque a través del uso de fondos públicos, fondos de todos nosotros y que el gobierno, sea éste, aquél, o el otro compre voluntades de los más pobres por un mísero dinero.
21.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que cualquiera puede hacer todo lo que está prohibido en detrimento de los derechos de la mayoría, sin que el Estado, a través del gobierno de turno salga a defender la ley.
22.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a hablar del pasado en lugar que los políticos que quieren conquistar nuestra intención de voto se preocupen por decirnos que piensan hacer.
23.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que si algún político nos promete que va a hacer algo, no le creamos, porque los hechos nos demuestran que nadie cumple sus promesas.
24.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que los administradores del Estado, es decir de la cosa pública, tuya, mía, nos mientan descaradamente en la información más esencial como son los índices de inflación para ganar una elección o para mantenerse en el gobierno como es el caso del INDEC que viene de la mano de Cristina Kirchner, que mantendrá la mentira. Para ello se han desplazado a técnicos talentosos, nueve, que se han reubicado en dependencias de Economía y en su lugar han ingresado 100 nuevos empleados. Sí así es 100 que no saben nada a cambio de 9 que sabían todo.
25.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que la madre de un alumno llame al Colegio Carlos Pellegrini, para amenazar con bombas inexistentes y el hijo no pueda ser expulsado porque sino se lesionan los derechos….
26.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a rendirle pleitesías a guerrilleros que quisieron apoderarse por las armas del poder de la República en detrimento de los nuestros verdaderos próceres.
27.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a darle el arma con gatillo fácil al delincuente y nos sorprendemos y exoneramos al policía que lo utiliza en defensa de la ley.
28.- En la Argentina nos hemos acostumbrado a que la corrupción sea uno de nuestros saqueadores de ilusiones y de vida. Al mismo tiempo, hemos autorizado con nuestro silencio a que los corruptos dispongan de nosotros y de nuestros bienes como si fueran personas de bien.
29.- En la Argentina no castigamos con el voto a todos, sólo a quien atente contra nuestro bolsillo. Mientras que el bolsillo esté bien hoy, aunque mañana no tengamos ni pantalón, lo votamos sin mirar consecuencia alguna.
30.- En la Argentina seguimos comprando los diarios e informándonos por los medios radio televisivos que nos mienten porque están vendidos al gobierno y a los negociados que realizan con éste a cambio de engañarnos y desinformarnos como el grupo de negocios Clarín o el grupo de negocios Hadad.
En la Argentina nos hemos acostumbrado a que todo esto que hemos enumerado en 30 puntos anteriores sean sólo alguna de las cosas que creemos son normales. Aceptar como normal lo anormal es el peor daño que nos han hecho.
Nos han vuelto bastante locos, por cierto, y eso casi los festejamos como si fuera una cosa buena, porque de esa forma estamos aliviados de la realidad que nos envuelve y, decimos, si la tomamos en serio, creemos que realmente nos podemos llegar a volver locos en serio; sin darnos cuenta, que probablemente estemos lo suficientemente enfermos, como para no darnos cuenta de nuestro grado de alienación.
Decíme si no es difícil ser argentino y vivir en la Argentina.

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